domingo, 18 de julio de 2010

EL BAÑO NUEVO





Lo llamábamos así porque a un toillete muy pintoresco, que pasaré a describir a continuación, se le había agregado años después una bañadera, lavatorio y paredes azulejadas…única construcción de material de la casa, que era totalmente de madera.
El toillete en cuestión consistía en una tarima de madera con un agujero redondo en el medio con su correspondiente tapa. Se la sacaba y unos metros abajo corría un canal subterráneo que había diseñado y construido Bon Papa al iniciar la construcción de la casa allá por 1925.
 Por detrás de la casa y a pocos metros de la misma pasaba el canal que era un desvió, del rio Chimehuin, diseñado y construido, también, por Bon Papa y que proveía de agua a todas las dependencias y emprendimientos del parque de Cerro de los Pinos. Estamos dibujando con la Tía Therese un croquis del parque con el canal y todas sus derivaciones para que sean más comprensibles mis descripciones. De dicho canal salía una tubería subterránea, hecha con tablones y que pasaba por la esquina SW de la casa unos 3 mts por debajo del famoso wc, luego cruzaba siempre entubado por debajo del canal y volvía a salir a la superficie a unos 100 mts de la casa.
La visita a ese baño era toda una aventura y particularmente de noche! Uno entraba muñido de un farol a “petrol” (kerosén) ya que no había luz eléctrica, después de cerrar cuidadosamente la puerta cuya cerradura consistía en un ganchito (tipo puerta de gallinero), y apoyaba el farol sobre la tarima cerca de la tapa del wc. A partir de ese momento comenzaban las emociones más diversas. Primeramente al sacar la tapa y depositarla al otro costado quedaba al descubierto lo que mi imaginación veía como un enorme agujero negro de donde por un lado salía un vientito helado y por otro subía del fondo el ruido de lo que uno suponía un torrente de agua….Después de bajarse los pantalones había que sentarse sobre el agujero negro!! No había mano que alcanzase para sostenerse ya que el pánico de caerse estaba siempre latente.
Tercer momento de terror: uno ya estaba sentado…el airecito refrescaba las partes expuestas que como normalmente no están expuestas son muy sensibles al frió…la llama del farol temblequeaba por el viento que subía, ya que mi humanidad no alcanzaba a cubrir toda la apertura, creando sombras fantasmagóricas sobre las paredes. Lo peor es que permitía percibir parte de la decoración del baño, una de ellas se encontraba a un metro frente a donde estaba sentado haciendo equilibrio, sobre la puerta. La tía Therese había enmarcado, creo que lo hizo a propósito!, una enorme lamina que representaba a peces que viven a más de 4000 mts.de profundidad en el fondo del mar. Probablemente eran inofensivos, pero en el contexto en que nos encontrábamos eran realmente monstruos terroríficos con enormes bocas pobladas de dientes filosos, largas antenas con unas especies de luces en sus extremos…un espanto, sobre todo en esa penumbra y en la posición tan incómoda en que nos encontrábamos, uno se preguntaba si no existía la posibilidad de que habitaran también en las profundidades del torrente que corría por debajo de nuestras partes expuestas….y pudiesen saltar hacia arriba….
Otro momento crítico era cuando, después de hacer lo que se supone uno venia a hacer, debía utilizar el ph. Gracias a Dios, era difícil en estas circunstancias, lograr la mínima inspiración para tal cometido. Así que rápidamente saltabas de esa incomoda postura, te masajeabas los dedos entumecidos de las manos por la crispación de estar sosteniéndote sobre el abismo…te subías los pantalones y como podías, con tu farol en la mano, huías del lugar. Recién afuera recuperabas el aliento, siempre y cuando no recordabas que te habías olvidado de ponerle la tapa permitiendo a los monstruosos peces saltar por todo el baño! En ese caso vuelta atrás a concluir el operativo de algo tan simple como es ir al baño a “queir un rose”.
Pero en el caso de haber cumplido con el principal objetivo de tu visita a tan emblemático lugar…allí te quiero ver! Como cortar un pedazo razonable de papel, con una sola mano?, ya que soltar las dos simultáneamente implicaría desaparecer por el agujero. Profundo dilema!!!…teniendo en cuenta que eran rollos de 80 mts reales, de un papel mucho mas grueso y en una sola pieza, no como los actuales. Con el tiempo se podía adquirir el golpe de mano justo como para desenrollar y cortar al mismo tiempo la cantidad necesaria. Pero…eso se adquiría con mucha práctica, lo que implicaba muchas visitas al dichoso “baño nuevo” y como supongo se habrán percatado, aunque era una experiencia fascinante, le teníamos mucho respeto y no abusábamos de ella.

Conclusión es que, en la mayoría de los casos, cada vez que poníamos en práctica nuestra destreza con el ph…quedaban los 80 mts. del rollo desarmado sobre la tarima…y que mejor que, para hacer desaparecer el cuerpo del delito, precipitarlo por el agujero y…poner la tapa. Sin pruebas a la vista uno se retiraba tranquilo. Ilusos! mañana les cuento las consecuencias de tan cobarde acto.