lunes, 27 de febrero de 2012

Pinette hizo cumbre!





             Mas de uno dirá y Pinette la primera, ya que consideraba que a mi edad el trepar montañas era una locura, que estoy desvariando o que realmente el mal de altura me afecto y mucho. En realidad a medidas que me estoy acercando a mi propia muerte y esto es inexorable, aunque no niego que será el fin de esta vida, es decir que es un partir, esto pasa a segundo plano respecto al hecho de que con ella lograre dar el gran paso a partir del cual iniciare una nueva etapa de mi vida muy superior a la terrena.
Como el montañista Pinette hizo cumbre, con la diferencia de que este goza de ella por no mas de media hora ya que rápidamente tiene que bajar antes que se haga de noche o el frío y el cansancio lo venzan, Pinette logró la cumbre de su vida y ahora la esta gozando por toda la eternidad. Hay una gran diferencia entre partir y llegar, para mi partir es dejar algo que fue mejor en cambio llegar es ir hacia algo que es mejor.
Imagino en este momento la gran fiesta que debe de haber en el paraíso y dentro de ella el recibimiento o reencuentro con la familia: Bonpapa, Bobonne, Monique, Manet, el tío Juan, Aitachi y todos estos viejos pringlenses que tuvieron el privilegio de conocerla y valorar sus virtudes y que la precedieron en el cielo, entre ellos el Padre Grande, el Padre Vicente, la lista sería enorme ya que quien conoció a Pinette no podía menos que encariñarse de ella por su sencillez, espontaneidad, humildad y alegría por nombrar algunas de sus cualidades.
Hace poco me enviaban, justamente referido a la muerte, una frase de un cuento de Pirandello que le hacía decir al protagonista: “no lloro por ella, lloro porque ya no seré mas pensado por ella”.

Hoy retomo esta carta que había dejado el domingo 27 por la tarde, unas horas antes de que Pedro me llamara anunciándome la muerte de Pinette. Pensaba en aquel momento que no me iba a afectar tanto ya que estaba feliz por ella que llegaba a la meta a la que todos soñamos, estaba feliz de saber que tenemos una mediadora mas que piensa e intercede por nosotros desde el paraíso y sin embargo la lloro porque la extraño.
Con Pinette desaparece una institución dentro de la familia, muy bien definida en el artículo de “Les Tantes” cuantas veces decíamos en nuestras familias: a mi me haría falta una Pinette!, cuanto necesitaríamos de una Pinette!, con una Pinette cualquiera tiene una familia numerosa!
Bernardo nos pedía que enviemos anécdotas y recuerdos pero en mi caso es prematuro, son muchos años, toda una vida, en que pasó seguramente de ser hermana mayor, tía, segunda madre, amiga, confidente…pase por etapas de quererla mucho, también criticarla mucho, ignorarla a veces…pero fundamentalmente siento que ocupa una parte importante de mi vida y que no me va a alcanzar lo que me queda de ella para agradecérselo. Hoy si recuerdo el año 2006, complicado en mi vida si los hubo, en que me recibieron en la Sierra y Pinette y “el trío” me acompañaron y apoyaron para superar ese duro momento.
Quiero agradecerle a la familia, de la cual, y a pesar de las diferencias que pueda tener con algunos, estoy orgulloso de pertenecer, el ejemplo que me dieron en la misa y entierro al permitirse demostrar su amor por ella con la emoción y las lágrimas que todos manifestaron. El orgullo Laxague me impidió muchas veces demostrar mis sentimientos pero hoy gracias a ella y ustedes pude hacerlo y probablemente por eso me animo a enviarles esta carta. Mi agradecimiento no solo va para los que estuvieron físicamente presentes ya que espiritualmente los sentimos a todos acompañándonos junto a Pinette.

Por todo esto gracias Pinette por todo lo que nos diste y por todo lo que vas a hacer todavía por nosotros, con lo cual tu misión no esta cumplida aún.

viernes, 24 de febrero de 2012

SEGUNDO MILAGRO DE LOS ANDES (Mendoza)



     El martes 21/02 a las 14.30 hs salimos en combi desde el Sosneado hasta el puesto Araya, son 65 km de camino de ripio que va costeando el río Atuel, tardamos una hora. Llegamos a la confluencia del rió Las Lágrimas con el río Atuel habiendo pasado por las ruinas del Hotel termal El Sosneado, hay bañistas en las piletas y gente que ocupo las ruinas como viviendas. Al bajar, el viernes, si nos da el tiempo nos daremos un baño aunque nos informan que las aguas han perdido temperatura desde la época en que funcionaban el hotel.
La vista es espectacular en dirección NW sigue el valle del rio Atuel y cruzando el rio se ve en dirección EW el rio Las Lagrimas que nace en el glaciar Las Lagrimas en el límite con Chile y que a su vez recorre el valle del mismo nombre, por donde subiremos hasta llegar a las tumbas y restos del avión de los Uruguayos
Frente a la confluencia de los dos ríos se encuentra el puesto Araya lugar de donde parten las cabalgatas hacia el valle de Las Lagrimas, nosotros deberemos remontar el Atuel hasta encontrar un lugar por donde poder vadearlo y volver para enfilar el valle hacia el lugar de los restos del avión.
Es curioso lo chico que es el mundo o los pocos que somos los que nos dedicamos a esto. Lea me mando saludos de una chica que guió en una cabalgata, Alejandra con la que estuve en el grupo que fue a Plaza Francia y Plaza de Mula en el 2010, luego me enteré que intento el Cerro del Plata en un homenaje por el Bicentenario. Por otra parte Ezequiel, profesor y dueño de un gimnasio en Bella Vista, había estado comprando ropa, antes de venirse para San Rafael, en un local de ropa de alta montaña, en Becar. El local es de Eduardo Martin que a su vez es dueño de Pared-Sur empresa con la que fui, con el de guía, a Aconcagua y a Vallecito (Mendoza) en 2010. Unos días antes de salir estuve con el para alquilarle parte del equipo que estoy utilizando ahora. Otra coincidencia es con Jorge ya que resulta que trabajar en Ceremonial y Protocolo del Ministerio de Agricultura del cual depende la Dirección Forestal donde trabajo yo. Es decir que desde hace un año estamos en oficinas a 50 mts y nos venimos a conocer en El Sosneado a 1400 km de Bs.As. Cosas del destino!
Dejamos la combi a las 16 hs remontando el Atuel unos 2 km.hasta encontrar un lugar para vadearlo, eran varios brazos poco profundos (un poco por encima de las rodillas) y por suerte con poca correntada. Luego del cruce del Atuel volvimos por su orilla hasta la desembocadura del río las Lagrimas iniciando el camino de remontarlo por el valle. A las 20 hs.luego de recorrer 11 km.y subir de los 2200 mt.(Puesto Araya) a los 2450 mt.llegamos a orillas del arroyo El Rosado donde armamos nuestro 1°campamento.

El miércoles 22/02 luego de cruzar el arroyo El Rosado, sin dificultades por ser angosto y poco profundo aunque a la hora que lo cruzamos el agua estaba realmente helada, te duele de tan fría!
El cruce de arroyos y/o ríos de alta montaña fue toda una novedad para mi ya que aunque son en general muy bajitos, la correntada y aguas heladas, según la hora en que uno los vadee pueden traer sus problemas. Lea al salir nos habia dicho que íbamos a tener mulas o caballos para el cruce del Atuel, las vimos pero sueltas y a lo lejos! Para compensar nos dio algunas consignas para vadear un río a pie, tales como: traje de baño o pantalones cortos, zapatillas por las piedras que te destrozan los pies (nunca mojar las botas de montañas ya que no se secan mas), soltar la cintura de la mochila ya que en caso de caída hace de lastre. En cuanto al cruce conviene que sea a la mañana lo mas temprano posible ya que el caudal es menor, aunque eso si el frío se siente mucho mas.
Habíamos salido de nuestro 1º campamento a las 8.30 hs. llegando a orillas del río El Barroso a las 13.30 después de recorrer 6 km y subir de los 2200 msnm a los 2600 msnm. Del otro lado del río se encuentran las instalaciones semi permanentes de los campamentos que utilizan dos empresas organizadoras de las cabalgatas a los restos del avión. Luego de almorzar cruzamos sin problemas el río y gracias a Dios una de las empresas nos dejó acomodarnos en las carpas, que aún no habían desarmado después de la cabalgata del fin de semana de carnaval, que habían realizado un grupo de los sobrevivientes Uruguayos. También nos dejaron utilizar una pirca de piedra donde cocinaban y que tenía mesa y sillas, lujo que supe valorar ya que después de varios día de sentarse en el suelo o sobre las piedras la sensación de una silla es un placer invalorable. Para reforzar el  excelente guiso de lentejas hecho por Lea, Marcelo el encargado del campamento, nos trajo unos pedazos de chivito asado y una botella de vino! Sabiendo el esfuerzo que me esperaba al día siguiente y aunque ustedes no lo crean, ni probé el vino!, veo que mi responsabilidad profesional se esta manifestando con los años ya que semejante decisión no puede ser atribuida a la altura que todavía es poca para afectarme a ese nivel!

Jueves 23/02 con las primeras luces siendo las 7 hs.salimos para el objetivo final. Después de cuatro noches de carpa en que sorprendentemente dormí muy bien, esta última se me hizo larga y no descanse mucho. Aunque hasta ahora no tuvimos frío ni hubo prácticamente viento, supongo que el cansancio acumulado y la ansiedad por querer llegar a la meta y todo lo que ello implica para mi, son las causas de mi mal dormir.
Ahora si el paisaje cambia marcadamente a medidas que subimos, pasamos por una laguna increíble con los reflejos del amanecer, un mallín con surgentes encadenadas que forman una serie de lagunitas que desagotan una en otras, luego desaparece totalmente la vegetación de por si ya muy pobre, se percibe cada vez más imponente el glaciar Las Lagrimas. A los 3000 msnm cruzamos el rio Las Lágrimas que por ser recién las 10,30 hs no nos ofrece dificultad aunque el agua duele de lo fría que está!. Faltan 600 mts de desnivel y si no hubiese sido por los consejos y ayuda de Lea y Silvia no hubiese podido superar esta última etapa. Después de 4 años de montaña ya me acostumbre a ver las mochilas de mis compañeros de marcha a 50-100 mts por delante mío. Me falta el aire así que hago 4 pasos y paro para respirar y reponerme, luego trato de apurar el paso para alcanzar mis compañeros con lo cual me canso el doble y paro para recuperarme más seguido. Cuando mis compañeros a su vez paran para descansar (cada hs aproximadamente) tardo unos 10 minutos en alcanzarlos, justo cuando están nuevamente por salir. Así no funciona, a menos que asuma estar haciendo excursiones en solitario! Como les decía después de 4 años y gracias a Silvia y Lea por fin encontré mi ritmo de marcha. Silvia, médica que dirige una clínica oncológica logró la cumbre del Aconcagua y luego con cada salida al exterior, por algún congreso de su especialidad, aprovecha para despuntar el vicio de las alturas con lo cual ya había subido el Mont Blanc, el Elbrun en Rusia y no sé que otros más. Como ven una montañista avezada!  Además al igual que Ezequiel se prenden en cuanta actividad de riesgo se les cruce, habían corrido en distintos años la maratón del cruce de los Andes. Cuando vió al viejo boqueando,  decidió darme una mano. Se puso delante mío y me marcaba el paso sin dejarme sobrepasarla hasta encontrar mi ritmo y con pasitos cortitos (un pie no alcanza a sobrepasar el otro) logré avanzar sin tener que parar y con ello no distanciarme tanto del resto. Esto para las pendientes muy marcadas, en caso de pendientes suaves o bajadas debo cambiar el ritmo pero nunca dar zancadas que era mi tendencia. La montaña sigue enseñándome y ayudándome a disfrutarla!
Es así como sobre el medio día sin darnos cuenta llegamos hasta una saliente de la morena del glaciar donde se encuentran las cruces, colocadas sobre montículos de piedra, donde descansan los restos de los uruguayos que perdieron la vida en la tragedia. Llegamos a los 3600 msnm, habiendo caminado desde el campamento El Barroso 10 km y subido 1000 mts.
Este año justamente se cumplen los 40 años de la tragedia, con lo cual nuestra expedición es un homenaje a los sobrevivientes y los muertos, en la misma. También en el lugar, que suele ser un páramo barrido por un viento helado, hoy gracias a Dios es un día templado y calmo. Se vive una paz y serenidad que nos invade a todos. Junto a las cruces hay pilas con los restos del avión que van juntando a medida que el glaciar los va devolviendo. El fuselaje, donde vivieron en el transcurso de los 72 días, fue quemado en el 73 por las patrullas que juntaron y sepultaron los restos de los fallecidos. Fue para evitar la profanación y robo de los restos. Con el tiempo desapareció, se supone que se deslizo en alguna grieta del glaciar. Hace unos años colocaron un monumento de mármol y en cada una de sus caras grabaron las listas de los sobrevivientes, los fallecidos, una cronología de lo sucedido y una reflexión que transcribo:
“Invitamos a todos los que creen en la vida, de todas las religiones, a pensar que un Ser Superior guía nuestros caminos, aunque a veces sea tan difícil comprenderlo”.
Sobrevivientes de los Andes     marzo 2006
Como les decía después de la mezcla de euforia y emoción que sentí al llegar al lugar me invadió una profunda paz y serenidad. Realmente me sentía muy cerca de Dios, de los muertos y sus familiares y de los sobrevivientes también. Esto me llevo, después de haber leído la reflexión anterior a invitar a mis compañeros a rezar una oración en agradecimiento por esta experiencia vivida.
El entorno del lugar es realmente impresionante, el glaciar asemeja a un enorme anfiteatro orientado hacia el E donde se ve al fondo del valle, por el que subimos, a unos 30 km. el Volcán EL Sosneado que con sus 5400 msnm aparenta una barrera infranqueable. Esta fue una de las razones que indujo a Parrado y Canessa (dos de los sobrevivientes) a ir a pedir ayuda caminando hacia Chile al W. En realidad pensaban que el avión se había caído del lado Chileno de la cordillera y de acuerdo a lo que repetía el piloto después del accidente, cerca de la localidad de Currico. Con esos datos cruzaron prácticamente toda la cordillera, 59 km.en 10 días. Si hubiesen salido hacia el E, haciendo el trayecto que hicimos nosotros, a 30 km.se hubiesen encontrado con el Hotel Termal del Sosneado que en 1972 estaba abierto. Es cierto, de todas maneras como bien observaron, en las condiciones físicas en que se encontraban les iba a ser imposible cruzar los ríos Las Lágrimas y Atuel, con lo cual no hubiesen podido salir con vida. Igual estando en el lugar sin nieve, bien físicamente (excepto yo que no daba mas!), con la ropa adecuada, no se puede pensar en que hayan podido sobrevivir al accidente, a los 72 días en el fuselaje, a una avalancha y a salir de allí caminando, sin que medie un milagro. Estoy convencido que lo que los salvo fue la Fe y la Esperanza que Dios no los iba a abandonar.
Después de una hora en el lugar partimos nuevamente hacia nuestro campamento, como les comente sentía una profunda paz que hoy aún perdura. Creo que el haber estado en ese lugar me ayudo a entender un poco más el porqué de mi vida, para que estoy en este mundo?, que espera Dios de mi? Y tantas otras preguntas, que al igual que ustedes, me hago. Tengo claro, de todas maneras, que la plena respuesta la tendré recién en la otra vida.
 El regreso fue mucho más fácil, excepto por el cruce del río Las Lágrimas, ya que por la hora estaba en máxima crecida y si no hubiese sido por Lea y Ezequiel que me sostenían, hoy todavía me estarían buscando varado en algún recoveco del río. Lo que más me impresionó fue el ruido del las piedras, arrastradas por la correntada, rodando por debajo de la superficie y no entiendo todavía como no nos agarro alguna quebrándonos una pierna.
Creo que fue prudente que nos postergaran la fecha de asenso para no cruzarnos con la cabalgata, es que en partes el senderos es muy angostos y no hay lugar para correrse del mismo y dejar pasar a otro y mucho menos a 40 caballos!
Al llegar al campamento nos desplomamos sobre nuestras sillas y saboreando en silencio unos mates calientes nos quedamos mirando los últimos rayos de sol iluminando el Sosneado. Que lástima que los atardeceres sean tan cortos! Hubiese querido que quede en suspenso, como en las fotos, que se frene el tiempo. Era tanto lo que tenía para disfrutar y agradecer!

Viernes 24/02, después de desayunar y levantar campamento iniciamos la marcha de regreso, no nos podemos demorar ya que Silvia, Lea y yo tomamos el ómnibus a las 20 hs desde San Rafael para Bs.As. A las 14 hs llegamos al puesto Araya allí nos esperaba la combi para llevarnos al Sosneado por donde, a las 16,30 hs., pasaba el colectivo que nos dejaría en San Rafael.
Caminamos a paso acelerado los 17 km que nos quedaban y luego de vadear el Atuel sin problema, llegamos a la combi, nos esperaban con un asadito espectacular y una cerveza bien helada (la tenían en un arroyito enfriándose!) doblemente espectacular!. El tiempo nos corría así que el baño en las termas quedó para otra oportunidad. El otro momento sublime fue cuando llegamos a San Rafael y me pude duchar en la terminal antes de salir para Bs.As.
Mi semana en Mendoza concluye con las frías estadísticas siguientes: dos noches de ómnibus viajando Bs.As.-San Rafael (1400 km c/u), 6 noches de carpa (mi record en 4 años!, sobre todo porque pude dormir), 82 km.caminando (27 km en Los Molles y 55 km en Valle las Lagrimas), subí de 1600 a 3100 (1500 mts.) en Los Molles y de 2200 a 3600 (1400 mts.) en el Valle las Lagrimas.


En cuanto al título de este relato se refiere al cambio que sentí en mi pero me es muy dificil de describir. Se los debo!. Gracias!

sábado, 18 de febrero de 2012

LOS MOLLES - EL CUENTO (Mendoza)



Unos días antes de fin de semana largo de carnaval, fecha establecida para nuestro treckin al avión de los uruguayos, nos encontramos en un bar de las Cañitas (Bs.As.).  Este era el punto de encuentro de la empresa Argentina-Extrema organizadora de la expedición.  Conocí a Lea, nuestro guía (Leandro Scheurle) y su socio Fernando. Allí me enteré que se postergaba nuestra expedición al avión para el martes  después de carnaval ya que una cabalgata con unos sobrevinientes de la tragedia estarían yendo durante nuestra fecha, para no perder las reservas de pasajes y por aquellos que no podía tomarse los días hábiles de la semana siguiente organizaban una salida a Los Molles con asenso al cerro El Cuento y La Horqueta. 
Terminé viajando  hacia San Rafael el viernes por la noche (20 hs.) en un micro cama común, después de haber perdido un cama suit el jueves por la noche! La idea era descansar un día en San Rafael antes de iniciar las dos expediciones. No se que me pasó, aunque supongo que con el caos que había en Retiro y las demoras de todas las salidas me debo de haber distraído…y se me fue sin que me entere!, guárdense los comentarios por favor.
San Rafael sábado 18/02 a las 10 hs.llegada y a las 13 Hs.después de encontrarme con parte del grupo salimos en micro camino a Malargüe bajando sobre la ruta, luego de pasar El Sosneado, de allí una combi nos llevo a Los Molles, que queda camino a Las Leñas.
Los Molles era un centro de esquí que fue cerrado cuando inauguraron Las Leñas. Paramos en un refugio, a 1600 msnm, para acomodar  el equipo y de allí iniciamos el trecking hacia nuestro campamento base. Después de unas 3 hs de caminar y unos 6 km .al fin encontramos un mallin al borde de un arroyo ideal para acampar, estábamos a 2200 msnm. En realidad la idea era acampar mucho antes pero la falta de agua en los arroyos nos hiso caminar bastante mas de lo previsto. Muchos de esos lugares son poco explorados y aprovechados para el treking debido a su lejanía de las rutas y su falta de agua lo que hace que el acarreo de aproximación se haga muy largo y costoso.
Me preocupaba un poco mi vida de campamento sobre todo el descanso en carpa. Sin embargo esta vez no me puedo quejar ya que dormí realmente bien, cosa que no puede decir mi compañero de carpa , Pablo. En nuestra primer noche, por lo que recuerdo entre sueños, tuve una pesadilla que casi termina mal, para el, ya que intente agarrarlo del cuello para defenderme de un supuesto ataque. Por suerte ya estaba prevenido ya que por lo que me contó hacía un rato que se había despertado por los sonidos algo incoherentes que emití previo a mi ataque. Todo terminó al despertarme ante un: para loco! Y sentir que me sostenía los brazos ante mi sorpresa y la suya. Todo volvió a la calma y a pesar del incidente Pablo siguió siendo mi compañero de carpa el resto de la semana sin problemas. En las otras dos carpas dormían  las otras 5 integrantes de esta primera parte de la expedición: Abigail, Claudia, Leticia y las hermanas Naty y Rocio. Lea prudentemente vivaqueaba en su bolsa al claro de luna.
El domingo 19/02 con un día espectacular y después de una muy buena noche de carpa (pesadilla incluida) realizamos el acenso del Cerro El cuento de 3100 msnm y 8 km de ida (tardamos 5 hs.en subir) y otro tanto de regreso a nuestro campamento base. Debo reconocer que aunque la altura era poca sentí mucho el esfuerzo sobre todo al final en que la pendiente era muy marcada, pero felizmente el paisaje espectacular y las ganas de llegar a la cumbre compensaron mi preparación física algo deficiente. El peñón mas alto estaba coronado por una cruz metálica, que para los que conocieron la que hay en la sierra del campo de Cnel.Pringles, las dimensiones eran muy similares. En un peñón cercano había una estatua de la Virgen , cosa que me sorprendió, luego pude leer detrás de la cruz que ambos símbolos habían sido colocados por los integrantes del Seminario de San Rafael.
Después de una “picada de altura” nos quedamos más de una hora tirados sobre las rocas algunos dormitando al sol, otros en éxtasis ante la vista que era algo increíble. Creo que lo repito en cada uno de mis relatos pero no por eso deja de ser más cierto y es el redescubrir en mí la capacidad de asombro. Estos paisajes de montaña y la experiencia de vivirlos, aunque sea por pocos días en cada caso, es  algo realmente impresionante. De cada lugar que tuve la suerte de caminar extraje una lección de vida distinta, para algunos esto sonará algo exagerado pero mi Santo Patrono, San Francisco de Asís, caminando por los campos y en plena meditación llegaba a decir dirigiéndose a la naturaleza que lo rodeaba: “basta de hablarme de Dios”! Lejos de querer compararme con San Francisco, siento que todo lo que vivo y disfruto en la montaña me lleva a ver y a agradecer la presencia de Dios y los regalos que me hace.  
El regreso al campamento fue mucho más fácil, suelo compararme con los caballos mansos que teníamos en el campo y que cuando salíamos de paseo no había rebenques ni talones que lograse sacarlos de un andar cansino o a lo sumo un trotecito. En cambio donde se percataban de que volvíamos a la caballeriza de casa recuperaban todo su brío y no había forma de frenarlos. Nadie quería bajarse para abrir las tranqueras ya que los malditos matungos salían al galope en donde sentían que teníamos un pie en el estribo al intentar subirnos. 
A diferencia de otras expediciones en el lugar donde acampamos se podía hacer fuego con lo cual nuestras comidas y sobremesa se hicieron mucho más agradables. Sobre todo teniendo en cuenta el frio que al ponerse el sol es realmente duro y mas pensando en la variación muy marcada con el calor que hace durante el día, además el cansancio acumulado después de 16 km .de caminar y 900 mts de desnivel se hace sentir.
El lunes 20/02 estaba previsto el asenso al cerro La Horqueta de 4100 msnm. Visto que me quedaba todo el trek del avión por delante (que era mi objetivo prioritario desde hacía años) decidí cuidar las energías y me quedé haciendo fiaca en el campamento. El resto del equipo salió temprano (los acompañe para el desayuno y luego me volví a dormir) pero el viento y supongo que el cansancio del día anterior no los dejó llegar, así que hicieron un recorrido alternativo volviendo a media tarde más que satisfecho. Por mi parte dormí hasta las 10 hs hora en que el sol asomó entre los cerros que rodeaban nuestro campamento y donde golpeó contra mi carpa tuve que salir ya que esta se transformó en un horno!
El martes 21/02  después del desayuno y de levantar campamento bajamos nuevamente a Los Molles, allí nos esperaba la combi que nos llevaría al Sosneado. Pudimos en el refugio darnos un baño reparador y acomodar un poco las mochilas, pensando que las chicas tomaban el colectivo desde San Rafael para Bs.As. esa noche y Lea, Pablo y Yo seguíamos con el trecking a los restos del avión esa misma tarde.
No hay nada más gratificante en estas latitudes que una ducha con agua caliente y jabón, poder peinarse, ropa limpia,  en fin cosas habituales que en esos lares se transforman en lujos invalorables. Es que la combinación de frio, calor, tierra tipo talco (son suelos con mucho yeso) que levanta el viento y que con la transpiración y la crema solar hace una capa aislante que llega un momento en que se hace insoportable. Súmenle los labios partidos y la cara reseca por el sol y el viento. Por suerte uno termina acostumbrándose y llega un punto en que no te molesta más, hasta que la ducha reparadora te vuelve a la realidad y te hace redescubrir y valorar la sensación de limpieza. Las privaciones en general tienen eso de bueno, que te enseñan a valorar las pequeñas cosas de todos los días.
                Es cierto que nuestro campamento estaba instalado a la orilla de un arroyo de agua traslúcida (de hecho bebíamos de allí) pero tan fría que ni la sentías cuando te lavabas. Yo me bañe en mi día de descanso y aunque hacía mucho calor (era el medio día) tuve que hacerlo tan rápido que creo que ni alcance a mojarme!
Desde Los Molles volvimos hasta El Sosneado donde dejamos las chicas que seguían a San Rafael y Lea, Pablo y Yo nos encontramos con Silvia, Jorge y Ezequiel para seguir con el trek del avión. Vamos a extrañar a las 5 terremotos que le ponían alegría y bullicio a nuestro equipo! Por otra parte sentimos una cierta envidia al pensar que mientras ellas estarán recostadas cómodamente en el micro nosotros debemos seguir caminando, subiendo, durmiendo en carpa! Se puede saber que le veo de bueno a esta tortura? Seguiré buscando! Pero la verdad que en esas instancias tenía más ganas de volverme a casa que de seguir caminando! Me suele pasar que al terminar una expedición me digo: “creo que esta fue la última” y a los pocos días estando ya en Bs.As.me pongo a soñar con la próxima salida!

Gracias a Dios estoy aprendiendo a aceptar y convivir con mis contradicciones. Las dudas e incertidumbre sobre el mañana más que un freno o desaliento son motivo de expectativa y entusiasmo por lo que me deparará la vida.