A la noche, después de comer, nos
reuníamos todos en el “salón” que era una mezcla de living y escritorio de Bon
Papa. Frente a la salamandra, único sistema de calefacción en toda la casa,
había dos silloncitos y entre ellos una mesa con una gran lámpara a “petrol”(kerosene)
que con su luz tenue (mucho menos que los foquitos de 25 W de Pinette) creaba
un ambiente muy cálido y acogedor.
Bon Papa se sentaba en el de la izquierda y Bobonne en el
otro con su infaltable costurero al lado, recuerdo que era un catre de madera
en X (fabricado por Bon Papa en su carpintería al igual que casi todos los
muebles de la casa) del que colgaba una bolsa de tela verde dentro de la cual,
en un desorden indescriptible tenía todo su material de costura, hasta el huevo
de madera para zurcir las medias y el dedal metálico para empujar la aguja!
Mientras los “grandes” tomaban el
café Bon Papa tocaba la flauta entonando canciones tradicionales francesas. Los
mas chicos teníamos derecho a un “canard” que consistía en mojar en el café un
terroncito de azúcar que venía en forma de cubitos envueltos en papel (marca
Lheritier) nos parecía una delicia…Bernardo me recordaba que rezábamos el
Rosario, pero a diferencia de la
Sierra solamente una decena, menos mal! Ya que entre la
penumbra y el calorcito de la estufa (sin olvidar la chicha de la comida!), a
los tres minutos hubiésemos quedado en el mismo estado que Vicente en el sillón
gris mientras Aitachi desgranaba las letanías y nosotros (los que quedaban todavía
en el living de casa!) repetíamos en un tono monocorde y apenas perceptible el
“ora pro nobissss…” (Vicente, por supuesto, ni se enteraba ya que estaba sumido
en un profundo sueño!).
Para las grandes ocasiones, es
decir casi todos los días, Bon Papa se servía una copita de guindado y cuando
estaba de buen humor, o sea siempre, nos dejaba chupar una guinda que después
se comía el. Eso si que era bueno! Otro que el canard. Hablando de humor no
recuerdo haberlo visto a Bon Papa enojarse ni levantar la vos, no así Bobonne
que con su sangre Poncin sabía demostrar su descontento. Recuerdo siempre el
momento en que llegaba desde “el otro lado”, después de cruzar el rio a
caballo, el peon con la mochila del correo y la bolsa con la carne.
Indefectiblemente se repetía siempre la misma escena que a nosotros nos
divertía mucho así que nos escondíamos a una distancia prudencial y
observábamos sin perdernos detalle. El buen hombre con su mejor cara de inocente
le entregaba la bolsa de la cual Bobonne extrayendo un cedazo de carne informe
rugía en su mejor frañol: “otra vez el sal garrón!”según ella del “otro lado”
siempre se quedaban con los lomos y pecetos y a ella le mandaban los cortes
inferiores. Eran las pequeñas delicias de la convivencia entre las familias, que
en el fondo, era muy buena.
Volviendo a nuestra velada, el
otro momento que creaba una gran expectativa era cuando Bon Papa prendía su
radio para sincronizar la hora, de su reloj de bolsillo, con la BBC de Londres. Nunca entendí
muy bien porque iba tan lejos a buscar la hora. Probablemente sería que la
única manera de sintonizar alguna frecuencia fuese por honda corta y desde
Londres? De todas maneras el único que podía entender algo de lo que salía por
el parlante era Bon Papa. En un rincón del “salón”, con mas exactitud el NW, se
encontraba la susodicha radio que no era precisamente una portátil digital, sus
dimensiones eran mas que importantes. Eran los típicos muebles de la época
(para nosotros ya era una reliquia!), de madera, con una esterilla que cubría
el parlante al cual Bon Papa pegaba su oído derecho, y dos perillas: una para
el encendido y volumen y la otra para hacer correr el fiel de la sintonía sobre
una escala graduada. Había que prenderla un rato antes para darle tiempo a que
se calienten las lámparas (creo que se las denominaba “radio a galena”, puede
ser?), luego venía el operativo sintonía y en medio de un ruido infernal, chirridos,
crrrr..crrr..de todo tipo, entrecortados por descargas eléctricas y estáticas,
Bon Papa muy concentrado adivinaba y nos retransmitía las noticias. Fue así que
me enteré de la muerte de W.Churchil en 1965, esto les dará una idea del buen oído
de mi abuelo y de la época de mis recuerdos! En un momento determinado y en
medio de este batifondo se oía y con bastante nitidez el biiip..biiip..biiip de
la hora oficial y allí concluía el operativo!
Como les comentaba al principio
en el “salón” Bon Papa tenía su “mesa de trabajo” que cumplía la función de
escritorio. En ella desplegaba su libro contable y de parte diario que
prolijamente todos los días actualizaba con su mejor letra caligráfica. Para
ello prendía la única lámpara eléctrica de la casa. Era un foco de 12W al que
con un sistema de poleas podía regularse su altura por encima de la mesa. Se
alimentaba con una batería, la misma que permitía que funcione la radio y que
se cargaba por medio de un win-charger. Este molinito con una hélice de dos
paletas se encontraba en el lugar mas ventoso de todo el parque, cerca del ala
norte de la casa entre dos álamos gigantes. Conclusión que los que dormían en
ese sector: cuarto contiguo al de Bobonne y Bon Papa y el de arriba al que se
podía acceder también por una escalera exterior, cuando había viento, es decir
siempre, no pegaban un ojo! Ahora veo de donde venia la sensación de pánico que
tuve, en mi carpita, en el campamento base del Aconcagua en febrero del 2010!
Las ráfagas de viento eran tan fuertes que hacían crujir toda la casa, los
álamos se sacudían y daba la impresión que inexorablemente se aplastarían sobre
la casa y el pobre win-charger parecía que en cualquier momento remontaría
vuelo! De pronto todo se aplacaba y se hacía un gran silencio, así que uno
recuperaba la serenidad y aprestaba a dormirse…para que? De pronto se escuchaba
a lo lejos, un murmullo que iba en aumento hasta transformarse en rugido, en
ese momento uno se tapaba con la almohada y contenía la respiración hasta que
pase el tornado con todas sus consecuencias…luego nuevamente la calma y a
esperar la próxima ráfaga…así hasta el amanecer. Lo bueno de esto es que la
batería estaba siempre a full!!!
En esta muy linda acuarela que
pinto Tante Therese se puede ver la fachada norte de la casa, el famoso
win-charger estaba unos 10 mts.frente a
la escalera de madera que subía al cuarto.
Para mi la puerta que esta a la
izquierda (SE de la casa) sería el cuarto de Therese, pero si es así me
faltaría un cuarto mas a la izquierda.
Cuando le dí a leer a Pinette la
primera versión de este racconto me miro con su característica sonrisa y me
dijo:”sos un macaneador, Bon Papa era muy prudente y nunca dejaba el
win-charger andando de noche” y tiene razon!