miércoles, 15 de noviembre de 2017



“EL 152”

Suena la alarma, salto de la cama, son las cinco y mientras dejo correr la ducha para que se caliente el agua, tapo rápidamente la cama con el acolchado. Qué gran invento el del acolchado… Cinco y veinte ya en la cocina preparando mi desayuno: leche con Nescafe, jugo de naranjas Citric, tres tostadas, un yogurt Vidacol. Mientras lo tomo, frente a la mesa ratona del living, hago mi meditación guiado por el Magnificat. Terminada esta prendo la tele para ver el clima, ya muestran fotos espectaculares del amanecer sobre el rio o sobre el mar desde las distintas playas, luego TN pasa el estado del tráfico, cosa que no me interesa así que bajo.

Ya camino a la Avenida Santa Fe, sigo por ella hasta cruzar la Avenida Coronel Diaz. Amanece, saludo al portero del edificio vecino, luego al paseador de perros. A las seis estoy en la parada del 152 y lo diviso saliendo de la parada anterior. No sé si leo el número o lo adivino, después de tomarlo desde hace 11 años cinco días por semana.

Hasta el 2011 debía prever las monedas para poder viajar y como no se conseguían, mi hija Clara que trabajaba en el banco Galicia me entregaba pilitas de $ 10 periódicamente. Pero había que acordarse…Hoy gracias a Dios tenemos la Sube que nos facilita mucho la vida. Es un placer la ciudad a esta hora, poco tránsito lo cual me permite llegar a mi trabajo en veinticinco minutos en contraposición a la hora que tardo para regresar, a las tres de la tarde. Casi siempre tengo lugar para viajar sentado y la buena onda de los choferes, que en general ya me conocen hace que comience el día lleno de optimismo.

Aprovecho ese viaje placentero para rezar el Rosario. Hasta hace unos años me perdía en cada decena con lo cual nunca me alcanzaba el tiempo, es que por vergüenza no me animaba a mostrar el Rosario. Hoy, que lo saco del bolsillo y lo muestro, hasta con orgullo, me alcanza justo el trayecto para completar las cinco decenas. Una vez una señora, al bajarse, me pidió que rece por ella, a partir de entonces pido cada día por las intenciones de mis compañeros de viaje.

Hace unos días cerró el local de Cheeky en Santa Fe y Paraná. No sé por qué era uno de mis punto de referencia. Me da pena cuando cierran locales y pasa seguido. Me imagino los sueños e ilusiones perdidas de sus dueños… Miro con asombro la arquitectura de las fachadas de la mayoría de los edificios de departamentos que bordean la Avenida Santa Fe, deben de ser de principio del siglo pasado, de no más de nueve o diez pisos, con balcones y aberturas  adornadas con rejas que son obras de arte y le dan un particular toque de buen gusto a esta parte del barrio de Recoleta.

Hoy veo que en la esquina de Esmeralda y Juncal inauguraron el Hotel Carles, probablemente hace varios meses pero recién me percato ahora, recordaba que en ese lugar había un bar en el cual una mañana hice tiempo previo a una reunión en un estudio de abogados, junto con algunos de mis hermanos y cuñados.

¡Quién iba a pensar, tiempo atrás, que iban a inventar un semáforo para peatones absortos en sus celulares! Sin embargo en el paso peatonal de Libertador, esquina Maipú, pusieron uno. Son una serie de luces colocadas en el cordón de la vereda al nivel del suelo y perceptible para los que miran para abajo, postura típica del que lee mensajes mientras camina y se lleva todo por delante. No pienso hacer más comentarios sobre el tema.

En Retiro el colectivo toma el carril del Metrobus que va por Avenida Alem y Avenida Paseo Colón, obra inaugurada en mayo de este año. Junto con la Sube son mejoras que favorecen mucho a los usuarios de transporte público, sobre todo a los que tienen trayectos muy largos a recorrer por día. No sería mi caso, aunque desde el Ministerio de Agroindustria hasta Retiro llegaba a tardar veinte minutos a media hora y hoy lo hago en diez minutos. Yendo por Alem veo todas las bocas de la extensión de subte Línea E que va a unir Casa de Gobierno con Retiro; están cerradas y las obras parecerían detenidas. Sin embargo recién estaba leyendo que se inauguraría a fines de este año. Es una obra iniciada por la Nación, previo al traspaso de los subtes a la Ciudad, lo cual con el gobierno anterior generaba un eterno cortocircuito, hoy felizmente al ser los gobiernos: nacional, provincial y de la ciudad del mismo ”color” debería facilitarse todo y de hecho es lo que está pasando. Se ve también en el tema de urbanización de las villas: las medidas se toman en conjunto y todos tiran del carro para el mismo lado. Bueno, al menos es la intención.

Lo que sí me es muy doloroso es ver a los indigentes durmiendo en las galerías de los edificios que bordean las avenidas Alem y Paseo Colón. En pleno invierno se veían hasta familias enteras, ahora que la temperatura subió y amanece más temprano se ven mucho menos o no les presto tanta atención. ¿O será que me acostumbré?

Hace no mas de diez años, a esta hora, impresionaban las bolsas de basura apiladas sobre las veredas y parte de la calzada de la Avenida Leandro N.Alem. Muchas rotas por los perros y los cartoneros, realmente daban un aspecto de suciedad y abandono sin contar con el olor. Siguiendo una tendencia mundial de saneamiento y  reciclado de residuos hoy podemos ver bordeando las calles y avenidas de Buenos Aires contenedores de distintos colores para los diferentes residuos, además hay un plan de educación y organización de los distintos partícipes en el ciclo de la basura, lográndose a primera vista una ciudad mucho más limpia y por ende habitable. Esto se pudo conseguir, a mi parecer, por haberse implementado un plan integral de manejo de los residuos desde su origen hasta su reciclado final además de haberse aplicado controles con continuidad, a través del tiempo, de dichos procesos.

Cuando paso a la altura de Casa de Gobierno, ya salió el sol e ilumina toda la zona dándole más calidez y un colorido particular. El inmenso mástil, donde se izaba nuestra bandera, fue retirado hace unos diez días, y se encuentra a unos cincuenta metros apoyado sobre unos caballetes. En su lugar han levantado un gran terraplén sobre el cual construirán el nuevo helipuerto; el anterior se encontraba del otro lado de la Avenida Dellepiane, a la izquierda. La nueva ubicación  es mucho más lógica ya que para acceder al mismo desde la Casa de Gobierno ya no habrá que cortar la Avenida Dellepiane para que pase la comitiva Presidencial y su custodia. Lo más llamativo es que en el rediseño de la plaza ex Colón que pasa a ser parte de un nuevo espacio público, fue removida la estatua de Juana Azurduy que a su vez había reemplazado a la de Cristóbal Colón, en julio de 2015. El pobre Colón, caído en desgracia en el gobierno anterior por colonizador y genocida, fue desterrado a la zona de aeroparque donde descansa al costado de la pista. Había sido donada por la Colectividad Italiana en Argentina, en 1921. La estatua de Juana Azurduy, a su vez, fue donada por el entonces Presidente de Bolivia Evo Morales que, en el acto de inauguración manifestó su "alegría por estar en Argentina y ver a una hermana, a una guerrillera de la independencia como Juana Azurduy" y destacó "esta es una forma de descolonizarnos". Por otra parte Azurduy, una coronela de la Independencia sudamericana fue ascendida post-morten a generala por el gobierno Kirchnerista. Curiosidades de nuestra costumbre de hacer revisionismo histórico… Hoy la estatua de Juana Azurduy se encuentra sobre su pedestal, frente y mirando el Centro Cultural Kirchner y la de Cristóbal Colon sigue acostada al borde de la pista…

Yo que trabajé gran parte de mi vida en zonas rurales descubrí los colores del amanecer en Buenos Aires y no porque sean más espectaculares que los del campo, simplemente porque no madrugaba. En estos días el espectáculo que me maravilla son los Jacarandá en flor y con las luces del amanecer quedo mudo… Hay once mil de ellos en Buenos Aires, distribuidos en plazas, calles y avenidas lo cual es un lujo para nosotros, los Porteños y quienes nos visita.


¡Huy! Casi me paso de largo en bajar del colectivo, me suele suceder y como podrán notar el que sufre las consecuencias de esta dispersión es mi rezo del Rosario…pero Dios es misericordioso y valora seguramente mi buena intensión.