miércoles, 17 de abril de 2013

Monseñor Tutu




Hoy a la madrugada, mas bien digamos al mediodía, después de levantarme y prepararme mi desayunos, abro el Magnificat en la página correspondiente a las lecturas del 12 de enero 2011 (no me equivoque de año, lo que pasa es que como no tengo el de enero 2013 sigo el consejo de Mama y durante la semana voy al de hace 2 años y los domingos de hace 3). Cuando, después de leer las lecturas que no tengo idea si corresponden al día o no pero poco importa para el caso, me encuentro con la Meditation du jour que con gran sorpresa era muy parecida a lo que intente transcribirles en mi mensaje de Navidad. Lo de parecido es un decir ya que lo único que tiene de parecido es mi intención, los resultados de aquel relato se quedo en eso…un intento.
Para clarificar ese intento se las transcribo y agrego una traducción me dirán, especialmente la traductora Mercedes, si suena parecido o no!

Traduire l´amour en actes
Quand nous commençons à saisir que Dieu nous aime avec notre faiblesse, avec notre vulnérabilité, avec nos échecs, nous pouvons commencer à les accepter comme une part inévitable de notre existence. Nous pouvons aimer les autres – avec leurs échecs – quand nous cessons de nous mépriser nous-mêmes à cause de nos échecs. Nous pouvons commencer à avoir de la compassion pour nous-mêmes et à comprendre que même notre péché est notre façon de traduir en acte notre propre souffrance. Puis nous pouvons comprendre que le péché des autres est leur façon de traduire en acte leur souffrancce.
La plus grande force de motivation qui soit au monde est l´amour de Dieu pour nous et notre amour pour les autres. Cet amour et le bien qu´il engendre triompheron toujours de la haine et du mal. Mais, pour être vraiment partenaire de Dieu dans la transfiguration du monde et contribuer au triomphe de l´amour sur la haine, du bien sur le mal, tu dois d´abord comprendre que, si fort que Dieu t´aime, il aime pareillement tes ennemis.
Mgr Desmond Mpilo Tutu


“Cuando empezamos a captar que Dios nos ama con nuestras debilidades, con nuestras vulnerabilidades, con nuestras equivocaciones, podemos comenzar a aceptarlas como una parte inevitable de nuestra existencia. Podemos amar a los demás - con sus equivocaciones -  cuando cesamos de despreciarnos a nosotros mismos a causa de nuestras equivocaciones. Podemos comenzar a tener compasión por nosotros mismos y a comprender que aún nuestro pecado es nuestra manera de traducir en acto nuestro propio sufrimiento. Luego podemos comprender que el pecado de los demás es la manera que tienen de traducir en acto sus sufrimientos.
La mayor fuerza motivadora que exista en el mundo es el amor De Dios por nosotros y nuestro amor por los demás. Este amor y el bien que engendra triunfara siempre sobre el odio y el mal. Pero, para ser realmente partenaire de Dios en la transfiguración del mundo y contribuir al triunfo del amor sobre el odio, del bien sobre el mal, debes primero comprender que, tan fuerte como Dios te ama, ama igualmente a tus enemigos”.

              En una biografía de Mandela se lo nombraba mucho a este Obispo (Anglicano) D.Tutu, premio Nobel de la paz el 1984 y ferviente luchador por la reconciliación luego del fin del apartheid. Después de leer ese párrafo voy a tratar de conseguir algún libro del mismo.
Me queda mucho mas claro ahora que ese largo camino de reconciliación con los demás, que en mi caso probablemente me lleve toda la vida, comienza por una reconciliación con uno mismo.
Espero que les sirva y compense mi “no escrito del 6E”.
Un abrazo



No hay comentarios:

Publicar un comentario