Hoy a la madrugada, mas bien digamos al mediodía, después de
levantarme y prepararme mi desayunos, abro el Magnificat en la página
correspondiente a las lecturas del 12 de enero 2011 (no me equivoque de año, lo
que pasa es que como no tengo el de enero 2013 sigo el consejo de Mama y
durante la semana voy al de hace 2 años y los domingos de hace 3). Cuando,
después de leer las lecturas que no tengo idea si corresponden al día o no pero
poco importa para el caso, me encuentro con la Meditation du jour que con gran
sorpresa era muy parecida a lo que intente transcribirles en mi mensaje de
Navidad. Lo de parecido es un decir ya que lo único que tiene de parecido es mi
intención, los resultados de aquel relato se quedo en eso…un intento.
Para clarificar ese intento se las transcribo y agrego una
traducción me dirán, especialmente la traductora Mercedes, si suena parecido o
no!
Traduire l´amour en actes
Quand nous commençons à saisir que Dieu nous aime avec notre faiblesse, avec
notre vulnérabilité, avec nos échecs, nous pouvons commencer à les accepter
comme une part inévitable de notre existence. Nous pouvons aimer les autres –
avec leurs échecs – quand nous cessons de nous mépriser nous-mêmes à cause de
nos échecs. Nous pouvons commencer à avoir de la compassion pour
nous-mêmes et à comprendre que même notre péché est notre façon de traduir en
acte notre propre souffrance. Puis nous pouvons comprendre que le péché des
autres est leur façon de traduire en acte leur souffrancce.
La plus grande force de motivation qui soit au monde est l´amour de
Dieu pour nous et notre amour pour les autres. Cet amour et le bien qu´il
engendre triompheron toujours de la haine et du mal. Mais, pour être vraiment
partenaire de Dieu dans la transfiguration du monde et contribuer au triomphe
de l´amour sur la haine, du bien sur le mal, tu dois d´abord comprendre que, si
fort que Dieu t´aime, il aime pareillement tes ennemis.
Mgr Desmond Mpilo Tutu
“Cuando empezamos a captar que
Dios nos ama con nuestras debilidades, con nuestras vulnerabilidades, con
nuestras equivocaciones, podemos comenzar a aceptarlas como una parte
inevitable de nuestra existencia. Podemos amar a los demás - con sus
equivocaciones - cuando cesamos de
despreciarnos a nosotros mismos a causa de nuestras equivocaciones. Podemos
comenzar a tener compasión por nosotros mismos y a comprender que aún nuestro
pecado es nuestra manera de traducir en acto nuestro propio sufrimiento. Luego
podemos comprender que el pecado de los demás es la manera que tienen de
traducir en acto sus sufrimientos.
La mayor fuerza motivadora que
exista en el mundo es el amor De Dios por nosotros y nuestro amor por los
demás. Este amor y el bien que engendra triunfara siempre sobre el odio y el
mal. Pero, para ser realmente partenaire de Dios en la transfiguración del
mundo y contribuir al triunfo del amor sobre el odio, del bien sobre el mal,
debes primero comprender que, tan fuerte como Dios te ama, ama igualmente a tus
enemigos”.
En una biografía de Mandela se lo
nombraba mucho a este Obispo (Anglicano) D.Tutu, premio Nobel de la paz el 1984
y ferviente luchador por la reconciliación luego del fin del apartheid. Después
de leer ese párrafo voy a tratar de conseguir algún libro del mismo.
Me queda mucho mas claro ahora
que ese largo camino de reconciliación con los demás, que en mi caso
probablemente me lleve toda la vida, comienza por una reconciliación con uno
mismo.
Espero que les sirva y compense
mi “no escrito del 6E”.
Un abrazo
Un abrazo
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