lunes, 27 de febrero de 2012

Pinette hizo cumbre!





             Mas de uno dirá y Pinette la primera, ya que consideraba que a mi edad el trepar montañas era una locura, que estoy desvariando o que realmente el mal de altura me afecto y mucho. En realidad a medidas que me estoy acercando a mi propia muerte y esto es inexorable, aunque no niego que será el fin de esta vida, es decir que es un partir, esto pasa a segundo plano respecto al hecho de que con ella lograre dar el gran paso a partir del cual iniciare una nueva etapa de mi vida muy superior a la terrena.
Como el montañista Pinette hizo cumbre, con la diferencia de que este goza de ella por no mas de media hora ya que rápidamente tiene que bajar antes que se haga de noche o el frío y el cansancio lo venzan, Pinette logró la cumbre de su vida y ahora la esta gozando por toda la eternidad. Hay una gran diferencia entre partir y llegar, para mi partir es dejar algo que fue mejor en cambio llegar es ir hacia algo que es mejor.
Imagino en este momento la gran fiesta que debe de haber en el paraíso y dentro de ella el recibimiento o reencuentro con la familia: Bonpapa, Bobonne, Monique, Manet, el tío Juan, Aitachi y todos estos viejos pringlenses que tuvieron el privilegio de conocerla y valorar sus virtudes y que la precedieron en el cielo, entre ellos el Padre Grande, el Padre Vicente, la lista sería enorme ya que quien conoció a Pinette no podía menos que encariñarse de ella por su sencillez, espontaneidad, humildad y alegría por nombrar algunas de sus cualidades.
Hace poco me enviaban, justamente referido a la muerte, una frase de un cuento de Pirandello que le hacía decir al protagonista: “no lloro por ella, lloro porque ya no seré mas pensado por ella”.

Hoy retomo esta carta que había dejado el domingo 27 por la tarde, unas horas antes de que Pedro me llamara anunciándome la muerte de Pinette. Pensaba en aquel momento que no me iba a afectar tanto ya que estaba feliz por ella que llegaba a la meta a la que todos soñamos, estaba feliz de saber que tenemos una mediadora mas que piensa e intercede por nosotros desde el paraíso y sin embargo la lloro porque la extraño.
Con Pinette desaparece una institución dentro de la familia, muy bien definida en el artículo de “Les Tantes” cuantas veces decíamos en nuestras familias: a mi me haría falta una Pinette!, cuanto necesitaríamos de una Pinette!, con una Pinette cualquiera tiene una familia numerosa!
Bernardo nos pedía que enviemos anécdotas y recuerdos pero en mi caso es prematuro, son muchos años, toda una vida, en que pasó seguramente de ser hermana mayor, tía, segunda madre, amiga, confidente…pase por etapas de quererla mucho, también criticarla mucho, ignorarla a veces…pero fundamentalmente siento que ocupa una parte importante de mi vida y que no me va a alcanzar lo que me queda de ella para agradecérselo. Hoy si recuerdo el año 2006, complicado en mi vida si los hubo, en que me recibieron en la Sierra y Pinette y “el trío” me acompañaron y apoyaron para superar ese duro momento.
Quiero agradecerle a la familia, de la cual, y a pesar de las diferencias que pueda tener con algunos, estoy orgulloso de pertenecer, el ejemplo que me dieron en la misa y entierro al permitirse demostrar su amor por ella con la emoción y las lágrimas que todos manifestaron. El orgullo Laxague me impidió muchas veces demostrar mis sentimientos pero hoy gracias a ella y ustedes pude hacerlo y probablemente por eso me animo a enviarles esta carta. Mi agradecimiento no solo va para los que estuvieron físicamente presentes ya que espiritualmente los sentimos a todos acompañándonos junto a Pinette.

Por todo esto gracias Pinette por todo lo que nos diste y por todo lo que vas a hacer todavía por nosotros, con lo cual tu misión no esta cumplida aún.

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