sábado, 18 de febrero de 2012

LOS MOLLES - EL CUENTO (Mendoza)



Unos días antes de fin de semana largo de carnaval, fecha establecida para nuestro treckin al avión de los uruguayos, nos encontramos en un bar de las Cañitas (Bs.As.).  Este era el punto de encuentro de la empresa Argentina-Extrema organizadora de la expedición.  Conocí a Lea, nuestro guía (Leandro Scheurle) y su socio Fernando. Allí me enteré que se postergaba nuestra expedición al avión para el martes  después de carnaval ya que una cabalgata con unos sobrevinientes de la tragedia estarían yendo durante nuestra fecha, para no perder las reservas de pasajes y por aquellos que no podía tomarse los días hábiles de la semana siguiente organizaban una salida a Los Molles con asenso al cerro El Cuento y La Horqueta. 
Terminé viajando  hacia San Rafael el viernes por la noche (20 hs.) en un micro cama común, después de haber perdido un cama suit el jueves por la noche! La idea era descansar un día en San Rafael antes de iniciar las dos expediciones. No se que me pasó, aunque supongo que con el caos que había en Retiro y las demoras de todas las salidas me debo de haber distraído…y se me fue sin que me entere!, guárdense los comentarios por favor.
San Rafael sábado 18/02 a las 10 hs.llegada y a las 13 Hs.después de encontrarme con parte del grupo salimos en micro camino a Malargüe bajando sobre la ruta, luego de pasar El Sosneado, de allí una combi nos llevo a Los Molles, que queda camino a Las Leñas.
Los Molles era un centro de esquí que fue cerrado cuando inauguraron Las Leñas. Paramos en un refugio, a 1600 msnm, para acomodar  el equipo y de allí iniciamos el trecking hacia nuestro campamento base. Después de unas 3 hs de caminar y unos 6 km .al fin encontramos un mallin al borde de un arroyo ideal para acampar, estábamos a 2200 msnm. En realidad la idea era acampar mucho antes pero la falta de agua en los arroyos nos hiso caminar bastante mas de lo previsto. Muchos de esos lugares son poco explorados y aprovechados para el treking debido a su lejanía de las rutas y su falta de agua lo que hace que el acarreo de aproximación se haga muy largo y costoso.
Me preocupaba un poco mi vida de campamento sobre todo el descanso en carpa. Sin embargo esta vez no me puedo quejar ya que dormí realmente bien, cosa que no puede decir mi compañero de carpa , Pablo. En nuestra primer noche, por lo que recuerdo entre sueños, tuve una pesadilla que casi termina mal, para el, ya que intente agarrarlo del cuello para defenderme de un supuesto ataque. Por suerte ya estaba prevenido ya que por lo que me contó hacía un rato que se había despertado por los sonidos algo incoherentes que emití previo a mi ataque. Todo terminó al despertarme ante un: para loco! Y sentir que me sostenía los brazos ante mi sorpresa y la suya. Todo volvió a la calma y a pesar del incidente Pablo siguió siendo mi compañero de carpa el resto de la semana sin problemas. En las otras dos carpas dormían  las otras 5 integrantes de esta primera parte de la expedición: Abigail, Claudia, Leticia y las hermanas Naty y Rocio. Lea prudentemente vivaqueaba en su bolsa al claro de luna.
El domingo 19/02 con un día espectacular y después de una muy buena noche de carpa (pesadilla incluida) realizamos el acenso del Cerro El cuento de 3100 msnm y 8 km de ida (tardamos 5 hs.en subir) y otro tanto de regreso a nuestro campamento base. Debo reconocer que aunque la altura era poca sentí mucho el esfuerzo sobre todo al final en que la pendiente era muy marcada, pero felizmente el paisaje espectacular y las ganas de llegar a la cumbre compensaron mi preparación física algo deficiente. El peñón mas alto estaba coronado por una cruz metálica, que para los que conocieron la que hay en la sierra del campo de Cnel.Pringles, las dimensiones eran muy similares. En un peñón cercano había una estatua de la Virgen , cosa que me sorprendió, luego pude leer detrás de la cruz que ambos símbolos habían sido colocados por los integrantes del Seminario de San Rafael.
Después de una “picada de altura” nos quedamos más de una hora tirados sobre las rocas algunos dormitando al sol, otros en éxtasis ante la vista que era algo increíble. Creo que lo repito en cada uno de mis relatos pero no por eso deja de ser más cierto y es el redescubrir en mí la capacidad de asombro. Estos paisajes de montaña y la experiencia de vivirlos, aunque sea por pocos días en cada caso, es  algo realmente impresionante. De cada lugar que tuve la suerte de caminar extraje una lección de vida distinta, para algunos esto sonará algo exagerado pero mi Santo Patrono, San Francisco de Asís, caminando por los campos y en plena meditación llegaba a decir dirigiéndose a la naturaleza que lo rodeaba: “basta de hablarme de Dios”! Lejos de querer compararme con San Francisco, siento que todo lo que vivo y disfruto en la montaña me lleva a ver y a agradecer la presencia de Dios y los regalos que me hace.  
El regreso al campamento fue mucho más fácil, suelo compararme con los caballos mansos que teníamos en el campo y que cuando salíamos de paseo no había rebenques ni talones que lograse sacarlos de un andar cansino o a lo sumo un trotecito. En cambio donde se percataban de que volvíamos a la caballeriza de casa recuperaban todo su brío y no había forma de frenarlos. Nadie quería bajarse para abrir las tranqueras ya que los malditos matungos salían al galope en donde sentían que teníamos un pie en el estribo al intentar subirnos. 
A diferencia de otras expediciones en el lugar donde acampamos se podía hacer fuego con lo cual nuestras comidas y sobremesa se hicieron mucho más agradables. Sobre todo teniendo en cuenta el frio que al ponerse el sol es realmente duro y mas pensando en la variación muy marcada con el calor que hace durante el día, además el cansancio acumulado después de 16 km .de caminar y 900 mts de desnivel se hace sentir.
El lunes 20/02 estaba previsto el asenso al cerro La Horqueta de 4100 msnm. Visto que me quedaba todo el trek del avión por delante (que era mi objetivo prioritario desde hacía años) decidí cuidar las energías y me quedé haciendo fiaca en el campamento. El resto del equipo salió temprano (los acompañe para el desayuno y luego me volví a dormir) pero el viento y supongo que el cansancio del día anterior no los dejó llegar, así que hicieron un recorrido alternativo volviendo a media tarde más que satisfecho. Por mi parte dormí hasta las 10 hs hora en que el sol asomó entre los cerros que rodeaban nuestro campamento y donde golpeó contra mi carpa tuve que salir ya que esta se transformó en un horno!
El martes 21/02  después del desayuno y de levantar campamento bajamos nuevamente a Los Molles, allí nos esperaba la combi que nos llevaría al Sosneado. Pudimos en el refugio darnos un baño reparador y acomodar un poco las mochilas, pensando que las chicas tomaban el colectivo desde San Rafael para Bs.As. esa noche y Lea, Pablo y Yo seguíamos con el trecking a los restos del avión esa misma tarde.
No hay nada más gratificante en estas latitudes que una ducha con agua caliente y jabón, poder peinarse, ropa limpia,  en fin cosas habituales que en esos lares se transforman en lujos invalorables. Es que la combinación de frio, calor, tierra tipo talco (son suelos con mucho yeso) que levanta el viento y que con la transpiración y la crema solar hace una capa aislante que llega un momento en que se hace insoportable. Súmenle los labios partidos y la cara reseca por el sol y el viento. Por suerte uno termina acostumbrándose y llega un punto en que no te molesta más, hasta que la ducha reparadora te vuelve a la realidad y te hace redescubrir y valorar la sensación de limpieza. Las privaciones en general tienen eso de bueno, que te enseñan a valorar las pequeñas cosas de todos los días.
                Es cierto que nuestro campamento estaba instalado a la orilla de un arroyo de agua traslúcida (de hecho bebíamos de allí) pero tan fría que ni la sentías cuando te lavabas. Yo me bañe en mi día de descanso y aunque hacía mucho calor (era el medio día) tuve que hacerlo tan rápido que creo que ni alcance a mojarme!
Desde Los Molles volvimos hasta El Sosneado donde dejamos las chicas que seguían a San Rafael y Lea, Pablo y Yo nos encontramos con Silvia, Jorge y Ezequiel para seguir con el trek del avión. Vamos a extrañar a las 5 terremotos que le ponían alegría y bullicio a nuestro equipo! Por otra parte sentimos una cierta envidia al pensar que mientras ellas estarán recostadas cómodamente en el micro nosotros debemos seguir caminando, subiendo, durmiendo en carpa! Se puede saber que le veo de bueno a esta tortura? Seguiré buscando! Pero la verdad que en esas instancias tenía más ganas de volverme a casa que de seguir caminando! Me suele pasar que al terminar una expedición me digo: “creo que esta fue la última” y a los pocos días estando ya en Bs.As.me pongo a soñar con la próxima salida!

Gracias a Dios estoy aprendiendo a aceptar y convivir con mis contradicciones. Las dudas e incertidumbre sobre el mañana más que un freno o desaliento son motivo de expectativa y entusiasmo por lo que me deparará la vida.

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