viernes, 24 de febrero de 2012

SEGUNDO MILAGRO DE LOS ANDES (Mendoza)



     El martes 21/02 a las 14.30 hs salimos en combi desde el Sosneado hasta el puesto Araya, son 65 km de camino de ripio que va costeando el río Atuel, tardamos una hora. Llegamos a la confluencia del rió Las Lágrimas con el río Atuel habiendo pasado por las ruinas del Hotel termal El Sosneado, hay bañistas en las piletas y gente que ocupo las ruinas como viviendas. Al bajar, el viernes, si nos da el tiempo nos daremos un baño aunque nos informan que las aguas han perdido temperatura desde la época en que funcionaban el hotel.
La vista es espectacular en dirección NW sigue el valle del rio Atuel y cruzando el rio se ve en dirección EW el rio Las Lagrimas que nace en el glaciar Las Lagrimas en el límite con Chile y que a su vez recorre el valle del mismo nombre, por donde subiremos hasta llegar a las tumbas y restos del avión de los Uruguayos
Frente a la confluencia de los dos ríos se encuentra el puesto Araya lugar de donde parten las cabalgatas hacia el valle de Las Lagrimas, nosotros deberemos remontar el Atuel hasta encontrar un lugar por donde poder vadearlo y volver para enfilar el valle hacia el lugar de los restos del avión.
Es curioso lo chico que es el mundo o los pocos que somos los que nos dedicamos a esto. Lea me mando saludos de una chica que guió en una cabalgata, Alejandra con la que estuve en el grupo que fue a Plaza Francia y Plaza de Mula en el 2010, luego me enteré que intento el Cerro del Plata en un homenaje por el Bicentenario. Por otra parte Ezequiel, profesor y dueño de un gimnasio en Bella Vista, había estado comprando ropa, antes de venirse para San Rafael, en un local de ropa de alta montaña, en Becar. El local es de Eduardo Martin que a su vez es dueño de Pared-Sur empresa con la que fui, con el de guía, a Aconcagua y a Vallecito (Mendoza) en 2010. Unos días antes de salir estuve con el para alquilarle parte del equipo que estoy utilizando ahora. Otra coincidencia es con Jorge ya que resulta que trabajar en Ceremonial y Protocolo del Ministerio de Agricultura del cual depende la Dirección Forestal donde trabajo yo. Es decir que desde hace un año estamos en oficinas a 50 mts y nos venimos a conocer en El Sosneado a 1400 km de Bs.As. Cosas del destino!
Dejamos la combi a las 16 hs remontando el Atuel unos 2 km.hasta encontrar un lugar para vadearlo, eran varios brazos poco profundos (un poco por encima de las rodillas) y por suerte con poca correntada. Luego del cruce del Atuel volvimos por su orilla hasta la desembocadura del río las Lagrimas iniciando el camino de remontarlo por el valle. A las 20 hs.luego de recorrer 11 km.y subir de los 2200 mt.(Puesto Araya) a los 2450 mt.llegamos a orillas del arroyo El Rosado donde armamos nuestro 1°campamento.

El miércoles 22/02 luego de cruzar el arroyo El Rosado, sin dificultades por ser angosto y poco profundo aunque a la hora que lo cruzamos el agua estaba realmente helada, te duele de tan fría!
El cruce de arroyos y/o ríos de alta montaña fue toda una novedad para mi ya que aunque son en general muy bajitos, la correntada y aguas heladas, según la hora en que uno los vadee pueden traer sus problemas. Lea al salir nos habia dicho que íbamos a tener mulas o caballos para el cruce del Atuel, las vimos pero sueltas y a lo lejos! Para compensar nos dio algunas consignas para vadear un río a pie, tales como: traje de baño o pantalones cortos, zapatillas por las piedras que te destrozan los pies (nunca mojar las botas de montañas ya que no se secan mas), soltar la cintura de la mochila ya que en caso de caída hace de lastre. En cuanto al cruce conviene que sea a la mañana lo mas temprano posible ya que el caudal es menor, aunque eso si el frío se siente mucho mas.
Habíamos salido de nuestro 1º campamento a las 8.30 hs. llegando a orillas del río El Barroso a las 13.30 después de recorrer 6 km y subir de los 2200 msnm a los 2600 msnm. Del otro lado del río se encuentran las instalaciones semi permanentes de los campamentos que utilizan dos empresas organizadoras de las cabalgatas a los restos del avión. Luego de almorzar cruzamos sin problemas el río y gracias a Dios una de las empresas nos dejó acomodarnos en las carpas, que aún no habían desarmado después de la cabalgata del fin de semana de carnaval, que habían realizado un grupo de los sobrevivientes Uruguayos. También nos dejaron utilizar una pirca de piedra donde cocinaban y que tenía mesa y sillas, lujo que supe valorar ya que después de varios día de sentarse en el suelo o sobre las piedras la sensación de una silla es un placer invalorable. Para reforzar el  excelente guiso de lentejas hecho por Lea, Marcelo el encargado del campamento, nos trajo unos pedazos de chivito asado y una botella de vino! Sabiendo el esfuerzo que me esperaba al día siguiente y aunque ustedes no lo crean, ni probé el vino!, veo que mi responsabilidad profesional se esta manifestando con los años ya que semejante decisión no puede ser atribuida a la altura que todavía es poca para afectarme a ese nivel!

Jueves 23/02 con las primeras luces siendo las 7 hs.salimos para el objetivo final. Después de cuatro noches de carpa en que sorprendentemente dormí muy bien, esta última se me hizo larga y no descanse mucho. Aunque hasta ahora no tuvimos frío ni hubo prácticamente viento, supongo que el cansancio acumulado y la ansiedad por querer llegar a la meta y todo lo que ello implica para mi, son las causas de mi mal dormir.
Ahora si el paisaje cambia marcadamente a medidas que subimos, pasamos por una laguna increíble con los reflejos del amanecer, un mallín con surgentes encadenadas que forman una serie de lagunitas que desagotan una en otras, luego desaparece totalmente la vegetación de por si ya muy pobre, se percibe cada vez más imponente el glaciar Las Lagrimas. A los 3000 msnm cruzamos el rio Las Lágrimas que por ser recién las 10,30 hs no nos ofrece dificultad aunque el agua duele de lo fría que está!. Faltan 600 mts de desnivel y si no hubiese sido por los consejos y ayuda de Lea y Silvia no hubiese podido superar esta última etapa. Después de 4 años de montaña ya me acostumbre a ver las mochilas de mis compañeros de marcha a 50-100 mts por delante mío. Me falta el aire así que hago 4 pasos y paro para respirar y reponerme, luego trato de apurar el paso para alcanzar mis compañeros con lo cual me canso el doble y paro para recuperarme más seguido. Cuando mis compañeros a su vez paran para descansar (cada hs aproximadamente) tardo unos 10 minutos en alcanzarlos, justo cuando están nuevamente por salir. Así no funciona, a menos que asuma estar haciendo excursiones en solitario! Como les decía después de 4 años y gracias a Silvia y Lea por fin encontré mi ritmo de marcha. Silvia, médica que dirige una clínica oncológica logró la cumbre del Aconcagua y luego con cada salida al exterior, por algún congreso de su especialidad, aprovecha para despuntar el vicio de las alturas con lo cual ya había subido el Mont Blanc, el Elbrun en Rusia y no sé que otros más. Como ven una montañista avezada!  Además al igual que Ezequiel se prenden en cuanta actividad de riesgo se les cruce, habían corrido en distintos años la maratón del cruce de los Andes. Cuando vió al viejo boqueando,  decidió darme una mano. Se puso delante mío y me marcaba el paso sin dejarme sobrepasarla hasta encontrar mi ritmo y con pasitos cortitos (un pie no alcanza a sobrepasar el otro) logré avanzar sin tener que parar y con ello no distanciarme tanto del resto. Esto para las pendientes muy marcadas, en caso de pendientes suaves o bajadas debo cambiar el ritmo pero nunca dar zancadas que era mi tendencia. La montaña sigue enseñándome y ayudándome a disfrutarla!
Es así como sobre el medio día sin darnos cuenta llegamos hasta una saliente de la morena del glaciar donde se encuentran las cruces, colocadas sobre montículos de piedra, donde descansan los restos de los uruguayos que perdieron la vida en la tragedia. Llegamos a los 3600 msnm, habiendo caminado desde el campamento El Barroso 10 km y subido 1000 mts.
Este año justamente se cumplen los 40 años de la tragedia, con lo cual nuestra expedición es un homenaje a los sobrevivientes y los muertos, en la misma. También en el lugar, que suele ser un páramo barrido por un viento helado, hoy gracias a Dios es un día templado y calmo. Se vive una paz y serenidad que nos invade a todos. Junto a las cruces hay pilas con los restos del avión que van juntando a medida que el glaciar los va devolviendo. El fuselaje, donde vivieron en el transcurso de los 72 días, fue quemado en el 73 por las patrullas que juntaron y sepultaron los restos de los fallecidos. Fue para evitar la profanación y robo de los restos. Con el tiempo desapareció, se supone que se deslizo en alguna grieta del glaciar. Hace unos años colocaron un monumento de mármol y en cada una de sus caras grabaron las listas de los sobrevivientes, los fallecidos, una cronología de lo sucedido y una reflexión que transcribo:
“Invitamos a todos los que creen en la vida, de todas las religiones, a pensar que un Ser Superior guía nuestros caminos, aunque a veces sea tan difícil comprenderlo”.
Sobrevivientes de los Andes     marzo 2006
Como les decía después de la mezcla de euforia y emoción que sentí al llegar al lugar me invadió una profunda paz y serenidad. Realmente me sentía muy cerca de Dios, de los muertos y sus familiares y de los sobrevivientes también. Esto me llevo, después de haber leído la reflexión anterior a invitar a mis compañeros a rezar una oración en agradecimiento por esta experiencia vivida.
El entorno del lugar es realmente impresionante, el glaciar asemeja a un enorme anfiteatro orientado hacia el E donde se ve al fondo del valle, por el que subimos, a unos 30 km. el Volcán EL Sosneado que con sus 5400 msnm aparenta una barrera infranqueable. Esta fue una de las razones que indujo a Parrado y Canessa (dos de los sobrevivientes) a ir a pedir ayuda caminando hacia Chile al W. En realidad pensaban que el avión se había caído del lado Chileno de la cordillera y de acuerdo a lo que repetía el piloto después del accidente, cerca de la localidad de Currico. Con esos datos cruzaron prácticamente toda la cordillera, 59 km.en 10 días. Si hubiesen salido hacia el E, haciendo el trayecto que hicimos nosotros, a 30 km.se hubiesen encontrado con el Hotel Termal del Sosneado que en 1972 estaba abierto. Es cierto, de todas maneras como bien observaron, en las condiciones físicas en que se encontraban les iba a ser imposible cruzar los ríos Las Lágrimas y Atuel, con lo cual no hubiesen podido salir con vida. Igual estando en el lugar sin nieve, bien físicamente (excepto yo que no daba mas!), con la ropa adecuada, no se puede pensar en que hayan podido sobrevivir al accidente, a los 72 días en el fuselaje, a una avalancha y a salir de allí caminando, sin que medie un milagro. Estoy convencido que lo que los salvo fue la Fe y la Esperanza que Dios no los iba a abandonar.
Después de una hora en el lugar partimos nuevamente hacia nuestro campamento, como les comente sentía una profunda paz que hoy aún perdura. Creo que el haber estado en ese lugar me ayudo a entender un poco más el porqué de mi vida, para que estoy en este mundo?, que espera Dios de mi? Y tantas otras preguntas, que al igual que ustedes, me hago. Tengo claro, de todas maneras, que la plena respuesta la tendré recién en la otra vida.
 El regreso fue mucho más fácil, excepto por el cruce del río Las Lágrimas, ya que por la hora estaba en máxima crecida y si no hubiese sido por Lea y Ezequiel que me sostenían, hoy todavía me estarían buscando varado en algún recoveco del río. Lo que más me impresionó fue el ruido del las piedras, arrastradas por la correntada, rodando por debajo de la superficie y no entiendo todavía como no nos agarro alguna quebrándonos una pierna.
Creo que fue prudente que nos postergaran la fecha de asenso para no cruzarnos con la cabalgata, es que en partes el senderos es muy angostos y no hay lugar para correrse del mismo y dejar pasar a otro y mucho menos a 40 caballos!
Al llegar al campamento nos desplomamos sobre nuestras sillas y saboreando en silencio unos mates calientes nos quedamos mirando los últimos rayos de sol iluminando el Sosneado. Que lástima que los atardeceres sean tan cortos! Hubiese querido que quede en suspenso, como en las fotos, que se frene el tiempo. Era tanto lo que tenía para disfrutar y agradecer!

Viernes 24/02, después de desayunar y levantar campamento iniciamos la marcha de regreso, no nos podemos demorar ya que Silvia, Lea y yo tomamos el ómnibus a las 20 hs desde San Rafael para Bs.As. A las 14 hs llegamos al puesto Araya allí nos esperaba la combi para llevarnos al Sosneado por donde, a las 16,30 hs., pasaba el colectivo que nos dejaría en San Rafael.
Caminamos a paso acelerado los 17 km que nos quedaban y luego de vadear el Atuel sin problema, llegamos a la combi, nos esperaban con un asadito espectacular y una cerveza bien helada (la tenían en un arroyito enfriándose!) doblemente espectacular!. El tiempo nos corría así que el baño en las termas quedó para otra oportunidad. El otro momento sublime fue cuando llegamos a San Rafael y me pude duchar en la terminal antes de salir para Bs.As.
Mi semana en Mendoza concluye con las frías estadísticas siguientes: dos noches de ómnibus viajando Bs.As.-San Rafael (1400 km c/u), 6 noches de carpa (mi record en 4 años!, sobre todo porque pude dormir), 82 km.caminando (27 km en Los Molles y 55 km en Valle las Lagrimas), subí de 1600 a 3100 (1500 mts.) en Los Molles y de 2200 a 3600 (1400 mts.) en el Valle las Lagrimas.


En cuanto al título de este relato se refiere al cambio que sentí en mi pero me es muy dificil de describir. Se los debo!. Gracias!

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